Cuando las personas pierden la capacidad de reírse y tienen problemas, se estresan y no saben cómo sacar toda la energía negativa que llevan acumulada, y entonces enferman. Si la gente fuera capaz de vez en cuando de pararse a reír, de observar los problemas desde la distancia, de compartir los problemas con los demás, sería más fácil que dieran soluciones creativas y sencillas a sus problemas y al mismo tiempo serían más eficientes en sus trabajos y estarían más sanos.
Se trata de recuperar nuestra risa interior, esa risa que trajimos como bagaje al nacer, que desarrollamos durante la infancia y que luego fuimos perdiendo debido a las normas sociales. La risa tiene el efecto de liberar tensiones, bloqueos y modificar el estado general del organismo aumentando su sistema defensivo-inmunológico.
Al pensar en positivo y tomar conciencia del aquí y ahora vamos haciendo pequeñas modificaciones en nosotros mismos que nos llevan poco a poco a llevar una vida más plena y satisfactoria. Por lo tanto, la risa y el desarrollo del sentido del humor es una actividad que acumula beneficios si se practica con asiduidad.